Los sucios y vergonzosos récords de la España socialista

¡Qué tiempos para estar vivos! España, esa nación de sol, vino y contradicciones, ha batido récords históricos bajo el brillante y progresista liderazgo de nuestro gobierno socialista. Récord de paro juvenil en Europa, récord de deuda pública, récord de inflación alimentaria, récord de ministros por metro cuadrado, y lo más asombroso: récord de capacidad para responsabilizar a otros de todo lo anterior.

Y no nos olvidemos del arte de gobernar por decreto. Un Gobierno tan dinámico, tan moderno, que legisla a golpe de pulsación nerviosa, sin necesidad de mayorías estables o debates molestos. ¿Para qué perder tiempo en el Parlamento si puedes publicar en el BOE con el mismo entusiasmo con el que subes una foto a Instagram?

España va como un cohete, nos dicen. Es cierto, aunque nadie aclara si ese cohete va hacia la luna o hacia el abismo fiscal. Porque mientras celebramos con pompa cada cifra “récord”, hay hospitales colapsados, autónomos asfixiados y jóvenes huyendo del país como si fuera una distopía con reggaetón de fondo.

Pero lo más admirable, sin duda, es la gestión de la realidad. El talento para maquillar datos, reinterpretar fracasos como “avances sociales” y transformar escándalos en “ataques de la ultraderecha”. La autocrítica está sobrevalorada, ¿no?

En materia de política exterior, otro éxito rotundo. Marruecos nos torea, Argelia nos ignora, y Europa nos tolera con sonrisa forzada. Pero no pasa nada: mientras sigamos organizando cumbres climáticas y congresos de igualdad, el mundo sabrá que España es una potencia moral, aunque no pueda pagar la factura de la luz.

Y sí, hay división social, tensión territorial, déficit educativo y un mercado laboral más precario que un contrato de becario en agosto. Pero eso no es culpa del Gobierno, ¡faltaría más! La culpa la tiene Franco, el cambio climático, o el algoritmo de X. Elegid uno.

La izquierda que prometía justicia social ha acabado repartiendo subvenciones a dedo, blindando su propia casta y domesticando a la oposición con insultos y gestos simbólicos. Pero, ojo: todo en nombre del progreso. Progreso hacia el caos, pero progreso al fin y al cabo.

En resumen, gracias, España socialista, por liderar todas las clasificaciones que nadie quiere ganar. Si algún día la ONU crea un índice de “países con más capacidad para autodestruirse con sonrisas”, no hay duda: tendremos el oro, la plata y el bronce. ¡Récord absoluto!

Ángel (Miche)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *