El poder del licopeno o por qué un compuesto del tomate, la sandía o la papaya protege la piel del envejecimiento prematuro

En plena temporada de sol, los expertos en dermatología y nutrición insisten en una idea que gana cada vez más respaldo científico: cuidar la piel también empieza en el plato. Y uno de los aliados más eficaces para protegerla del envejecimiento prematuro es el licopeno, un compuesto antioxidante presente en alimentos como el tomate, la sandía, la papaya o el pomelo rosado.

Diversos estudios han demostrado que el licopeno, un pigmento natural que da color rojo o rosado a frutas y hortalizas, actúa como un escudo celular frente al daño oxidativo que provocan los radicales libres generados por la exposición solar.

“El licopeno no sustituye a la protección solar tópica, pero sí aporta una defensa complementaria desde el interior”, explica la dermatóloga Laura Martínez, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

¿Cómo actúa el licopeno?

El licopeno pertenece a la familia de los carotenoides y posee una alta capacidad antioxidante, incluso superior a la de otros conocidos como el betacaroteno. Su principal virtud es neutralizar las moléculas inestables que dañan el ADN celular y aceleran el proceso de envejecimiento cutáneo.

Cuando se consume de forma regular, el licopeno se acumula en la piel y ayuda a reducir la inflamación, la pérdida de elasticidad y la formación de arrugas causadas por el sol, la contaminación y otros factores externos.

Tomate cocinado: la mejor fuente

Aunque el licopeno está presente en muchos alimentos frescos, su absorción mejora significativamente cuando el producto se cocina o se combina con grasas saludables. Por eso, platos como el sofrito de tomate, el gazpacho o la salsa casera son opciones especialmente recomendables.

“Un tomate crudo tiene licopeno, sí, pero una cucharada de tomate frito casero aporta mucho más, y se absorbe mejor si se acompaña de aceite de oliva”, destaca la nutricionista Clara Requena.

Beneficios más allá de la piel

Además de sus efectos dermoprotectores, el licopeno ha sido objeto de múltiples investigaciones por su posible papel en la prevención del cáncer de próstata, la salud cardiovascular y la reducción del colesterol LDL. Su inclusión en la dieta mediterránea lo convierte en uno de los compuestos bioactivos más estudiados del mundo.

Alimentos ricos en licopeno

  • Tomate (especialmente cocinado o en concentrado)

  • Sandía

  • Papaya

  • Pomelo rosado

  • Guayaba

  • Pimiento rojo (en menor proporción)

Los expertos recomiendan consumir estas frutas y verduras de forma frecuente, especialmente en los meses de verano, como una forma natural de reforzar la salud de la piel desde dentro.


El licopeno se consolida así como un aliado invisible pero poderoso, capaz de ayudar a mantener la piel joven, luminosa y protegida frente al sol, sin necesidad de recurrir a productos artificiales.

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