Expertos en ciberseguridad alertan del riesgo que supone el uso de equipos y software de la compañía en infraestructuras críticas
La polémica sobre la presencia de Huawei en las redes de telecomunicaciones occidentales vuelve a primer plano. Juristas y especialistas en ciberseguridad advierten que la legislación vigente en China obliga a todas las empresas radicadas en el país, incluida la multinacional tecnológica, a colaborar con los servicios de inteligencia, incluso facilitando información sensible de sus clientes en el extranjero.
El marco normativo clave es la Ley de Inteligencia Nacional de 2017, que establece que “todas las organizaciones y ciudadanos deberán apoyar, ayudar y cooperar con el trabajo de inteligencia del Estado”. Según analistas, esta disposición convierte a Huawei, el segundo mayor fabricante mundial de equipos de telecomunicaciones, en un potencial “caballo de Troya digital” si sus dispositivos se emplean en redes críticas.
Advertencias internacionales
Estados Unidos y varios países de la UE han impuesto restricciones o vetos a la instalación de equipos Huawei en sus redes 5G por motivos de seguridad nacional. Reino Unido, por ejemplo, ordenó la retirada progresiva de la marca de su infraestructura 5G antes de 2027. En España, aunque no se ha dictado un veto formal, algunas operadoras han reducido su dependencia de la firma china.
“No se trata de paranoia, sino de una cuestión legal: si el Gobierno chino lo solicita, Huawei está obligada a entregar datos”, explica el experto en ciberseguridad Rafael López. “En el contexto geopolítico actual, eso es un riesgo evidente para países de la OTAN”.
Respuesta de la compañía
Huawei, por su parte, niega de forma reiterada que comparta información con Pekín y asegura que cumple con las leyes de todos los países donde opera. La empresa sostiene que la ley china no implica la transferencia automática de datos de clientes y que cualquier acusación carece de pruebas documentadas.
Un debate de fondo
El caso de Huawei se inscribe en un debate más amplio sobre la soberanía digital y la dependencia tecnológica de potencias extranjeras. Expertos subrayan que el 5G y las futuras redes de comunicaciones son “la columna vertebral de la economía digital” y que cualquier vulnerabilidad podría tener consecuencias masivas en defensa, transporte, finanzas o servicios públicos.
Mientras tanto, en Bruselas se estudia un marco común de evaluación de riesgos para proveedores de alto riesgo, con el objetivo de reforzar la seguridad de las telecomunicaciones en toda la Unión Europea antes de 2030.

